Por Mariangeles Estrada
Rubén Darío asistió a la Exposición Universal de 1900. (ver ↑). en París. No fue por casualidad ni por turísmo, sino por motivos laborales. En ese tiempo trabajaba como periodista en Buenos Aires, Argentina. El diario La Nación necesitaba a alguien que escribiera sobre la situación ne España después de la guerra con los Estados Unidos (1898). Rubén Darío se ofreció como voluntario, dos días después embarcó en el vapor y navegó a Madrid. Meses después fue solicitado por el mismo diario, aprovechando su estadía europea, para que cubriera la Exposición Universal que se llevaba a efecto en París.
Dario soñaba con París desde joven. Idealizaba el lugar como todo un paraíso.(1). Lo que no fue tan ensoñador, pues visitó la ciudad de la luz durante La Belle Epoque (1879-1914 ) ver ↑ . Tiempo de paz y dulzura para exportar y percibir el arte francés en todo su esplendor. Las Exposiciones Universales expresaban la idea de que la ciencia traería la felicidad a la humanidad, y esta de 1900 fue la quinta exposición organizada en París y la más importante. Debido no solo a que heredó las contrucciones y atracciones de las precedentes, sino que además se sumaron las nuevas instauradas para la ocasión. Se transformó completamente París, se construyeron puentes y pasarelas en el río Sena para el desplazamiento de los visitantes. Nuevos bulevares, plazas y rotondas, la primera línea de metro que facilitaba la circulación de los parisinos; y todas esas transformaciones quedaron en el París de hoy.
Para los 50 millones de visitantes, la Exposición era algo alejado de la realidad de todos los días. Imaginé a Darío boquiabierto en 1900; si nosotros en 2018 viendo fotos y videos de la época nos impresionamos de la transformación de París en la ciudad del futuro, cómo habrá sido la percepción de la gente a inicios del siglo. Ignorando que muchos progresos presentados prevalecen hasta ahora como parte de lo cotidiano y ordinario.
Entre ellas: la acera mecánica que hoy se instala en el desplazamiento de maletas y pasajeros en los aeropuertos, el mismo sistema para las escaleras eléctrinas de oficinas y centros comerciales; el Village Suisse es hoy en Centro Comercial de Arte Contemporaneo; la Gran Rueda aunque fue retirada años depués, se ha convertido en la infaltable atracción de parques y los centros de metropolis; el Grand Palais es un espacio de exposiciones culturales y deportivas; el Petit Palais es el Museo de Bellas Artes de la ciudad de París; la Torre Eiffel es todo un símbolo y el monumento más fotografiado en el mundo; el cine es imagen y sonido; el uso de la electricidad se domesticó y generalizó etc.
En la autobiografía que tengo Darío no cuenta detalles, pero expresa:
«Yo hacía mis obligatorias visitas a la exposición. Fue para mí un deslumbramiento miliunanochesco, y me sentí más de una vez de una pieza. Simbad y Marco Polo, Aladino y Salomón, mandarían y daimio, cawboy y mujik; y en ciertas noches, contemplaba en las cercanías de la Torre Eiffel, con mis ojos despiertos panoramas que solo había visto en las misteriosas regiones de mis sueños…» (2)
Actualmente el Primer Ministro francés Edouard Philippe retiró su candidatura de la Exposición Universal de 2025, alegando posibles riesgos financieros para el país. Los tiempo cambian, Francia que se había convertido en un país especialista en organizar Exposiciones Universales – siete en menos de un siglo: 1855, 1867, 1879, 1889, 1900, 1925 y 1937 – ahora alega otras prioridades económicas.
Conocer países lejanos y presenciar eventos extraordinarios enriquesieron la obra de Darío, quien también ignoraba que sus letras serían tan monumentales y vigente en el mundo de la literatura. Un símbolo nacional dentro de la literatura mundial y de Nicaragua.
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(1) Darío Rubén. Autobiografía: Rubén Darío. 12va ed. Managua. Distribuidora Cultural, 2002. Cap. XXXII. p.44.
(2) Ibíd. Cap. LIII p. 68
* Fotos de wikipedia
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